
Por: Chaos Lux - Especialista en AuraPura
Afrodita escucha. Y responde. Pero responde a lo que sientes, no a lo que dices. No se deja engañar por las palabras. Si hay necesidad en tu corazón, te trae experiencias que ponen a prueba tu soledad. Si deseas amor pero te aterra el rechazo, te confronta con el abandono. Porque Afrodita no es la diosa de los cuentos de hadas; es la diosa de la verdad emocional.
Ella te enseña, primero, a amarte a ti mismo. Pero no con frases hechas. Con práctica. Con cariño. Con presencia. Con decisiones. Porque quien no sabe elegirse, no sabe ser elegido. Y quien no sabe amarse siempre pedirá el amor de los demás como limosna.
Pedirle a Afrodita sin darse cuenta es jugar con fuego. Ella te pone a prueba. Te muestra. Te lleva. Te devuelve. Quiere que sepas qué pides, y más aún, por qué. Quieres amor, pero ¿estás dispuesto a transformarte para conseguirlo? ¿Estás listo para dar lo que quieres recibir?
Con ella, el amor es un espejo. Si quieres que alguien te vea, primero debes verte a ti mismo. Si quieres que alguien te desee, debes desearte a ti mismo. No se trata de moldear la realidad. Se trata de vibrar al nivel de lo que buscas. Ella no niega, solo revela.
Afrodita es hermosa, pero firme. Dulce, pero aguda. Amorosa, pero justa. Y si preguntas bien, cumple. Pero si preguntas con descuido... también cumple. Pero el aprendizaje puede venir en forma de dolor. Elige con claridad. Ama de verdad.