
Por: Jéssika Amorim - Especialista de AuraPura
El llamado del alma al despertar espiritual
El despertar espiritual es un proceso profundo y transformador, pero no siempre es fácil para una persona comenzar a comprender que hay algo más allá del mundo físico y la rutina o matriz material. Es como si un velo cayera de los ojos y, de repente, el alma recordara su verdadero origen. A menudo puede comenzar sutilmente, con preguntas sobre la creación del universo, quién es Dios y si la vida es muerte. Dependiendo de la situación, puede comenzar después de cambios importantes en la vida, cuando la persona alcanza fases muy difíciles —lo que podríamos llamar tocar fondo— donde ya nada tiene sentido. Este despertar no ocurre de la noche a la mañana. También puede ocurrir después de una crisis, un encuentro significativo con una llama gemela, por ejemplo, una pérdida, meditación, un sueño revelador, o incluso de forma silenciosa y gradual.
Cuando despertamos espiritualmente, comenzamos a cuestionarlo todo: los patrones sociales, las viejas creencias, el ajetreo de la vida cotidiana e incluso el verdadero propósito de nuestra existencia.
Con el tiempo, todo lo que nos rodea puede quedar profundamente arraigado, como la vida extraterrestre, los sistemas financieros, la religión, la atención médica, los medios de comunicación, las relaciones y todo nuestro estilo de vida. Esta reconexión puede hacernos perder todo sentido. Lo que antes tenía sentido empieza a sentirse vacío, y nuestros corazones sienten un llamado: un llamado a reconectarnos con algo más grande: lo Divino, la Fuente, y a acceder a otras dimensiones y dones.
¿Qué es Superior Connection?
La conexión superior es el vínculo entre nuestro ser interior y las fuerzas divinas del universo. Es cuando nos damos cuenta de que no estamos solos, cuando empezamos a comprender nuestros cuerpos energéticos y que hay una inteligencia superior que guía nuestras vidas, o incluso cuando nos damos cuenta de que no somos de aquí. El llamado del alma nos lleva a reconectarnos con el amor incondicional de la fuente creativa y abre nuestra percepción para ver el mundo tal como es, más allá de lo que se nos ha impuesto a lo largo de la vida. Muchos están aquí con una misión y no lo saben. Esta conexión no depende de la religión, sino de la sensibilidad, la entrega y la autenticidad.
Se puede sentir de muchas maneras:
A través de una intuición aumentada, como si supiéramos qué hacer sin tener que pensar demasiado.
En sincronicidades de números, música y situaciones, coincidencias llenas de significado que parecen haber sido orquestadas por el propio universo.
En sueños simbólicos y visiones sutiles.
En el profundo deseo de ayudar al mundo, sanar heridas internas y vivir con propósito.
Señales del despertar espiritual
Sentirse desconectado del materialismo y las apariencias.
Deseo de soledad, silencio y naturaleza.
Necesidad de buscar respuestas espirituales.
Preguntas sobre quiénes somos realmente,
Mayor sensibilidad energética.
Mayor empatía y compasión hacia los demás.
¿Cómo fortalecer esta conexión?
Meditación y silencio interior,
Escuchar tu alma requiere silencio y presencia. La meditación es un puente directo hacia una consciencia superior.
Contacto con la naturaleza
La naturaleza es un templo viviente de la presencia divina. Caminar descalzo, contemplar el cielo o escuchar el sonido del mar nos reconecta con el bien mayor.
Prácticas espirituales diarias
Las oraciones, mantras, lecturas sagradas o afirmaciones elevan la vibración y facilitan la conexión con planos superiores.
Autocuración y autoconocimiento
Sanar las heridas emocionales y conocer tus sombras es esencial para liberar el canal espiritual.
Eliminar el miedo y el apego también ayuda mucho en este proceso.
Sobre todo, el despertar espiritual transforma nuestra visión del mundo y nos invita a vivir con mayor verdad, amor y consciencia. Una conexión superior no es un privilegio de unos pocos, sino un derecho natural de la evolución del alma y del planeta. Al abrir nuestros corazones y silenciar nuestras mentes, redescubrimos nuestra esencia divina y comenzamos a vivir en sintonía con el propósito superior de la existencia y nuestro propósito individual.